sábado, 4 de junio de 2011

Historia de Phoenix XXXVIII


A mi, me dejó parado ¿Qué podía quiere decir con eso? Desde luego no me iba a transformar en humano esta noche, seria la primera vez que un humano (o alguien con apariencia humana) estaba en esta fiesta.

Los duendes me ofrecieron un licor que destilaban a base de zumo de mora, buenísimo y estuvimos toda la noche bailando y cantando alrededor de la hoguera, cuando ya estaba bien entrada la madrugada decidí irme a dormir, me fui hasta mi agujero y me acurruqué dentro, como de costumbre, entonces entró Yanira, llevaba una sonrisa maliciosa.

-Hola
-Hola, ¿Que vienes a dormir aquí conmigo?
-Más o menos, vengo a hacer una prueba
-¿Una prueba?
-Sí, necesito que te transformes en humano

Tal y como dijo eso, giró mi transformum y yo me convertí en humano, me quedé tumbado dentro de la cueva, ella se posó en mi pecho y se echó por encima unos polvos mágicos, automáticamente empezó a crecer hasta casi mi altura, se quedó tumbada encima mío.

-Que ¿Sorprendido?
-Pues sí, no me lo esperaba, aunque, esos polvos te los dio Selina ¿A que sí?
-Sí, ¿Por qué lo dices?
-Por un comentario que me hizo cuando me entregó el transformum con tanta prisa
-Claro, se lo pedí yo, estos polvos funcionan sólo esta noche y de poco me servían si tú no eras humano
-¿Y que quieres hacer?
-¡Como puedes ser tan tonto!

Y acto seguido me dio un beso en la boca, noté una sensación muy extraña cuando nuestras lenguas se tocaron, algo mágico, algo como un escalofrío que me recorrió todo el cuerpo para alojarse en mi pecho.

-¿Tú también lo has notado?
-Claro que sí
-¿Y que es?
-No lo sabes, tanto siglos como has vívido y no lo sabes
-Pues, la verdad es que no la había sentido nunca
-Es amor tonto, es amor

La verdad es que nunca antes había sentido amor por nadie pero desde luego me encanta, así que seguimos besándonos, luego agarré sus pechos, después ella continuó agarrandome, yo notaba que iba a explotar mientras ella me acariciaba, finalmente se sentó encima mío y empezó a gritar, menos mal que estábamos apartados porque si hubiera habido alguien cerca seguro que lo hubiera oído.

Hicimos el amor, y fue maravilloso, nada que ver con las veces que lo había hecho con Elena realmente con ella había una magia especial, una sensación inexplicable que hacía todo fuera mucho más bonito, ¿eso es el amor? Pues me gusta.

Después nos dormimos abrazados el uno al otro, dándonos calor, me fije en su rostro, tenía una sonrisa de oreja a oreja, siempre se la veía feliz, pero ese día se la veía mucho más feliz.


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