domingo, 24 de enero de 2010

Tantos Recuerdos




















Estos días estoy trabajando en el puerto para hacer una línea de alta tensión en una obra enorme que hace la competencia. Estas cosas a veces pasan y la gente te mira como si les estuvieras cogiendo una patata frita de su plato.

 Sorprendentemente el encargado de la otra empresa nos puso muchas facilidades, lo entendí luego cuando vino y nos saludamos como se saludan los viejos amigos, recordé entonces el día que lo conocí: Era la primera obra en la que trabajaba, yo era muy joven y sobre todo, muy ingenuo pero estaba emocionado de empezar en este mundillo de la construcción del que ahora quisiera huir.

 Estábamos construyendo un parking en la calle Castellers de Tarragona, recuerdo que decían las malas lenguas que el alcalde, un tal Recasens, lo hacía construir porque él vivía en la zona, hoy día viendo lo que hizo su sucesor con la construcción del “parking inteligente Jaime I” que nunca será un parking pero que sobre todo nunca ha sido inteligente, veo esas criticas inocentes.

 Bueno, me vino su imagen del fondo de mi disco duro, era mucho más joven y más delgado, como si lo que engordara fueran los años, pero lo que más recuerdo es que no tenía pelo salvo cuatro mechones repartidos aleatoriamente que le daban el aspecto de una muñeca tirada en un vertedero y gritaban al mundo que la ausencia de cabello no era ni por calvicie ni por decisión estética, años más tarde supe que era por el estrés de empezar de encargado.

También recuerdo que estuvimos almorzando juntos el día que estrené mi primera maquina, ese día todo yo era ilusión. Luego recordé que él también viene de ese pueblo que tanto maldigo últimamente y en el que, no he estado nunca pero conozco tanta gente, y de la mayoría tengo malos recuerdos pero como en todas partes hay de todo curiosa la forma en la que el destino me demuestra mis errores.

1 comentario:

  1. de los errores se aprende, o eso dicen, por cierto me gusta ese modelo de pitufa

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