miércoles, 26 de febrero de 2014

Adiós al Mitxu

No suelo ser muy sentimental para con los objetos y las herramientas, sin embargo hacía ya mucho que me debería haber librado del mitxu ¿Por qué no lo había hecho?
Supongo que una parte de mí era feliz reteniéndolo a mi lado. A fin de cuentas era lo único que me quedaba de cuando fui un trabajador autónomo, de cuando me ganaba la vida. Una parte de mí, pensaba que me vendría bien el día que consiga resurgir de mis cenizas y vuelva a ganarme la vida quién sabe en qué. Pero eso, era cada vez más improbable y al final la razón pudo al corazón. No sé como remontaré el vuelo pero un coche viejo difícilmente podrá ayudarme.

Aunque también era mucho más.
-“Es el coche que más te ha durado” -Me dijo un día mi amigo Pinel.
-”No, es el coche que me ha durado más que todos los demás juntos” -Respondí yo.
Eso también era verdad, ese coche estuvo conmigo más de una década. Era muy grande y difícil de aparcar (5,5 metros) pero yo era feliz conduciéndolo, al volante me sentía como no me había sentido con ningún otro y durante esa década me ha servido como ningún otro “Para la faena y el paseillo”.
Durante una década ha sido mi compañero muchos días de ir a trabajar, tanto lejos como cerca, algunos incluso sin dormir y también me ha acompañado muchas noches de fiesta, muchos días de trabajo.
Ha sido mudo testigo de como mi vida ha ido cambiando hasta convertirse en una montaña rusa donde es imposible saber donde estaré el mes que viene ni lo que haré ni con quién.

Por eso, el otro día sentí un vacío en el estomago cuando pase a su lado, sentí que era la última vez que lo veía que era otra parte de mí que se iba para no volver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario