domingo, 9 de febrero de 2014

La caja de Pandora

Ahora ya está, el otro día abrí la caja de Pandora y salió un caballo negro. Ahora tengo que soportarlo estirando para salir del camino que tengo marcado. Me empuja todo el rato, sé que no puedo hacerle caso, que debo controlarlo. Pero cuesta ¿Por qué?
¿Por qué me empuja a cometer los mismos errores una y otra vez? Y lo peor de todo es ya no soy aquel jovencito enamorado. Por mi corazón han pasado muchas, bueno va, pero por lo menos unas cuantas. Han pasado otros amores incluso he conocido alguna otra chica capaz de tocarme el alma, capaz de hacerme perder el control. 
Chicas, que en mayor o menor medida han dejado su rastro por mi corazón. Ya sea un recuerdo agradable o amargas experiencias. Pero pensaba que había madurado.
Sin embargo, parece que todo sigue igual. Siento como si estuviera otra vez en las puertas de Troya buscando la manera de entrar. Pensando y esperando el momento propicio ¿Para qué?
Para qué resucitar viejos fantasmas ¿De qué sirve contestar a preguntas ya olvidadas?
Nosce te ipsum”
Pensaba que me conocía y me equivoqué. Pensaba que había madurado y... No lo sé.
Pensaba que estaba mirando al pasado y tampoco sé lo que quiero, lo que me gustaría, lo que pasará.


No hay comentarios:

Publicar un comentario