miércoles, 23 de marzo de 2011

Historia de Phoenix XXX


Después emprendí mi camino andando hasta una ciudad próxima: Tarraco

-Tarraco, ¿Que es Tarraco?
-Una ciudad romana, los romanos construyeron ciudades y esta era de las más grandes del mundo
-¿Era? Ya no lo es
-No, los romanos fueron vencidos por los bárbaros, ahora vamos a ver que queda en la ciudad
-¿Por donde se va?
-Sólo tenemos que seguir el camino

Efectivamente, siguiendo el camino llegamos a lo que fue Tarraco, en su día una gran ciudad, ahora la habían arrasado pero no pudieron derribar las murallas, ni el circo, esas grandes construcciones de piedra aguantaban lo que les echaran.

-Ala, todo esto lo construyeron los humanos
-Si, todo esto lo construyeron los romanos
-Pues debían ser muy poderosos esos romanos.
-¿Por?
-Para construir esa muralla debían ser magos muy poderosos
-Las construyeron sin magia, carecían de magia salvo rezar a sus dioses
-Pues si que son fuertes los romanos para mover esas piedras tan grandes
-No Yanira, esos romanos no tenían más fuerza que cualquier humano que hayas conocido, esas piedras las movían gracias a la inteligencia y, entre muchos claro está
-¿Con la inteligencia movían esas piedras?
-Noooo, con la inteligencia pensaban como mover esas piedras, los romanos eran un pueblo muy organizado y trabajador por eso conquistaron medio mundo
-¿Y que les pasó?
-Empezaron a pelearse entre ellos y se volvieron débiles entonces otros pueblos aprovecharon para conquistarles
-Pues vaya

Entramos por las murallas, antaño había una gran puerta que las cerraba, debías llamar y pedir que te abrieran pero ahora no había puerta y nadie vigilaba la entrada, una vez dentro unos artesanos vendiendo sus productos hacían de comité de bienvenida.

-Buenos días
-¿Que le trae por aquí?
-Soy un viajero, voy sin rumbo pero este camino me ha traído a vuestra ciudad, quizás me quede
-Si deseas quedarte por aquí puedes buscar una casa vacía las hay por cientos, te la arreglas y te instalas, aunque necesitaras ganarte la vida, ¿Sabes algún oficio?
-Soy herrero
-Pues tienes suerte, por aquella calle hacía abajo hay lo que fue una herrería abandonada, y no tenemos ningún herrero así que nos vendrá bien, si pagas los impuestos podrás quedartela.

Bajé por la calles de la abandonada Tarraco, después de que la arrasaran los vándalos quedó prácticamente desierta, los que no mataron o se llevaron como esclavos los vándalos huyeron, ahora unos pocos intentaban vivir ahí y devolverle su esplendor.
Dos calles más abajo localicé la herrería, estaba destrozada pero no me costaría mucho arreglarla ya que la fragua y el yunque estaban en perfecto estado, también habían moldes por ahí, incluso buscando por el suelo encontré un martillo y varios utensilios más.

Era una casa de dos plantas, abajo estaba el taller y los corrales y en la planta de arriba estaba la vivienda propiamente dicha, todavía quedaba algo del mobiliario entero, otros se podrían reparar

-No sabía que eras ¿herrero?
-No soy herrero, pero conocí a uno hace muchos años y me fijé mucho en como lo hacía, me encantaba verlo trabajar, como conseguía con el fuego moldear herraduras o espadas
-¿Eso hace un herrero?, Por cierto que es una herradura
-Se las ponen a los caballos en los cascos
-¿Para que?
-Para protegerles los cascos de andar mucho
Siempre me ha encantado ver trabajar a los herreros, incluso hace muchos años fui amigo de uno en Grecia, me encantaba quedarme a dormir dentro de la fragua y también me fijé mucho cuando trabajaba, en ocasiones le ayudaba a mantener el fuego o a probar la resistencia de una aleación.

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