domingo, 31 de julio de 2011

Historia de Phoenix XXXXV


Benu se encontraba a gusto allí, tenia ganas de estar tranquilo después de haberse pasado esos años encerrado en una jaula, además por todas las casas abandonadas pululan muchos ratones, ratas y topos que son fáciles de cazar si sabes quedarte quieto y no hacer ruido pasan por debajo tuyo sin mirar, sólo tienes que dejarte caer y ¡Ya esta!

Aunque yo le llevaba comida, todos preferimos cazarla nosotros mismos, y más cuando le llevaba las sobras, le había cogido manía a la comida cocinada de los humanos, yo en cambio la encontraba deliciosa, supongo que no todos los humanos cocinaban también como lo hacía Elena.

Mientras tanto, mi vida en Tarraco se fue haciendo rutinaria, todo lo que disfrutaba haciendo cuando era novedad ahora me aburría tremendamente y es que, la vida de los humanos tiene eso, que es muy repetitiva se pasan los días haciendo lo mismo que el anterior.

Elena en cambio se la veía muy feliz, supongo que después de las penurias que había pasado esto le parecía el paraíso, parecía disfrutar con todas las tareas preparar la comida, lavar la ropa, todas esas cosas parecían ser lo más maravilloso del mundo cuando ella iba a hacerlo.

Un día Guillermo me vino y me dijo.

-¡Phoenix ven corre! En la casa de al lado hay un ave muy rara
-¿Para que has ido a la casa de al lado?
-Pasaba por la puerta cuando he visto una especie de cachorro de águila y se tiró sobre un ratón, vente que te la enseño

Al entrar procuré hacer ruido para que Benu pudiera esconderse

-Por aquí no hay nada
-Estaba aquí
-Esta bien vamos a buscarla pero lo más fácil es que se haya ido volando

Estuvimos rebuscando por ahí, hasta que Guillermo levantó la madera bajo la que se escondía Benu, él intentó defenderse lanzándole fuego pero era muy joven todavía.

-Quieto Benu, no le hagas daño, es mi amigo
-¿Lo conoces?
-Sí, Guillermo, te presento a Benu, su madre murió antes de él saliera del huevo, si yo no lo hubiera recogido y cuidado se habria muerto de hambre
-Vaya, ¡que pasada!
-Lo estoy cuidando hasta que tenga edad para valerse por si mismo . . . Guillermo, necesito que me jures que no se lo dirás a nadie
-¿Por qué?
-Porque si la gente se entera vendrán a capturarlo y Benu no se puede escapar hasta que crezca más
-Esta bien, lo juro
-Y ahora que tú ya lo sabes vamos a hacer una cosa

Y esa noche dejamos dormir a Benu dentro de la forja, así en el fuego se encontraría muy a gusto.


Elena allí no lo descubría ya que nunca miraba en la forja, era un escondrijo estupendo, cuando no estaba Elena, Guillermo lo sacaba a veces y se ponía a jugar con él. Hasta el día que estaba tan absorto con los juegos que no dio cuenta que llegó su madre:

-¿De donde has sacado el pájaro?
-Es de Phoenix, por favor no le digas que me los has visto, si no, se enfadará conmigo
-¿Que clase de pájaro es?
-Es parecida a un águila pero mucho más bonita, su madre murió y Phoenix lo esta cuidando
-Y ¿Donde lo guardas?
-Dentro de la forja, le encanta el fuego
-¿Y no se quema?
-¡Que va! Mira

Y dejó al asustado Benu dentro de la forja. Elena a mi no me dijo nada, dejó que siguiéramos con nuestro secreto.

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