domingo, 7 de agosto de 2011

Historia de Phoenix XXXXVI


En unas semanas Benu estaba ya lo bastante grande para empezar a volar así que lo dejamos otra vez en la casa de al lado para que practicara y también cazara. Por la noche se colaba por la chimenea dentro de la forja, le encantaba dormir allí.

Hasta que llegó el día que debía marchar, ya había crecido y no podía quedarse ahí, necesitaba volar, y no podía volar sobre Tarraco o acabarían por descubrirle.

-Debo marchar, muchas gracias por todo hermanito, me has salvado la vida
-No he hecho nada que tú no hubieras hecho por tí
-Me ha alegrado mucho estar contigo pero no entiendo porque has preferido esta vida a vivir libre y sin obligaciones
-No prefiero esta vida, la encuentro aburrida y repetitiva pero me hacía gracia vivir la experiencia
-¿Y que piensas hacer?
-Viajar por el mundo pero como humano, tengo curiosidad como ave fénix siempre pasamos por encima de todas las historias.
-Espero volver a verte pronto, cuídate
-Lo mismo te digo, hasta siempre

Así me despedí de mi hermano, quién sabe cuando si nos volveríamos a ver, porque yo tampoco me quedaría en Tarraco por mucho tiempo, tenía ganas de viajar y ver más cosas.

A los pocos días me despedí también de Elena y su hijo, que quería seguir viajando y los dejaba a ellos vivir en la casa, allí, dentro de la ciudad estarían resguardados y protegidos y yo emprendí la marcha con mi zurrón como único equipaje, quería llevar lo justo por si necesitaba transformarme en ave fénix, Yanira se empeñó en acompañarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario