martes, 12 de octubre de 2010

Historia de Phoenix V


Cuando llegamos al claro, deje a Yanira en el suelo y rápidamente unas hadas corrieron a socorrerla.

-Apartaros, no la toquéis

Normalmente me cuesta llorar pero viéndola como estaba la pobrecita de magullada, tenia un moratón enorme (si un hada puede tener algo enorme) esta vez no me costó nada. Cuando mis lagrimas le cayeron encima, prácticamente la bañaron.

-Pero ¿Que es esto? ¿Que me haces?
-Mis lagrimas son curativas ¿No lo sabías?
-Gracias, ¿No podrías quedarte a vivir por aquí cerca? Nos vendría muy bien tener alguien como tú

       Ese halago me sintió como si me hubieran echado un cubo de agua helada por encima, las aves fénix somos solitarios por naturaleza pero claro que me gustaría quedarme en ese bosque, tener amigos pero no podía ser, la última vez que me quedé en un mismo sitio una temporada el bosque se lleno de cazadores dispuestos a cazarme, no podía hacerle esto a mis nuevos amigos.
-Esta bien, me quedaré unos días pero después de la fiesta del solstício debo partir
-¿Por qué no te quedas con nosotros?

Preguntó Yanira que parece me había cogido cariño

-Porque el ave fénix no es invisible a los humanos como nosotros, si se quedara aquí pronto irían viviendo cazadores buscando el ave más bonita jamás vista hasta que se llenaría el bosque, por cierto, mi nombre es Zanna y quiero que sepas que siempre te estaré agradecida por haberme salvado y siempre serás bienvenido a este bosque. 
-Muchas gracias
-Venga va, vente al río a bañarte
-Te acompañaré Yanira pero por el bien de todos será mejor que no me bañe
-Yo voy a ver si me quito la peste a trol de encima, ¿Que pasa si te bañas? ¿Te podrías apagar?
-Creo que nada en este mundo puede hacer que me apague

La acompañé al río donde intentó inútilmente quitarse la olor a trol que parecía haberle calado hasta los huesos, sin embargo chapoteaba feliz, parecía haber olvidado por completo el mal rato pasado en la cueva y el haber estado a punto de morir. Su alegría era como un bálsamo que narcotizaba mi triste corazón.

-Estas triste Phoenix
-Observo Yanira ¿como puede ser tan feliz?, si no llega a ser por mis lagrimas estaría tumbada en una cama sin poder moverse y a punto de morir
-Así son las hadas, seres alegres y despreocupados
-¿Tú cargas con la responsabilidad de todas Zanna?
-Lo intento, ¿y tú? ¿Con que responsabilidad cargas?
-Ninguna, nadie me echará de menos cuando halla muerto, nadie me espera en ningún sitio
-¿No te gusta tu vida?
-No me disgusta pero a veces echas de menos todo cuanto nunca podrás tener pero es el precio de la vida eterna, en fin voy a darme un chapuzón

3 comentarios:

  1. Bonita historia, tengo ganas de leer cómo continúa!!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias, es bonito saber que siempre puedo contar contigo

    ResponderEliminar
  3. Lo mismo digo. Estaré al otro lado de la pantalla, esperando la continuación...

    ResponderEliminar