domingo, 15 de febrero de 2015

Estado crítico



Todos la estábamos esperando, esa morena vestida de negro con la que creo hablar en ocasiones.
Sabíamos que estaba a punto de venir, hasta mi tío lo sabía. Nadie le había dicho nada pero ya lo sabía, quizás lo había visto en nuestras miradas, o lo había sentido en su propio cuerpo. La cuestión es que también la esperaba.

 No porque se hubiera cansado de vivir, pero sí de luchar contra una enfermedad que le estaba comiendo por dentro. Quizás sabía que la batalla estaba perdida de antemano.


Sólo lamentaba no llegar a conocer a su biznieta. Cuando dijo eso, recordé entonces a su nieta, estaba preñadísima y podía romper aguas en cualquier momento... Igual que él. Porque así es la vida, y la muerte, unos van y otros vienen.

Sólo quedaba una pregunta por hacernos: ¿Cuándo vendría? Quién sabe, ella es así, le gusta aparecer de imprevisto o hacerse esperar.


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