Ayer estuve de
concierto, lo organizaba un colega y decidí ir. Entre grupos sonó
esta canción que tenía yo olvidada. Entonces pensé que igual soy
yo ese perro verde que trata de juntar el agua con aceite.
Pensé entonces
que aquel era mi sitio y que después de bailar con la mala suerte
huí, me bebí la razón, me fumé el corazón y ahora ando perdido
buscando donde no es. Que no encuentro mi sitio en este mundo que se
me queda pequeño y por eso invento otros mundos donde los besos
saben a besos (Y los tomates a tomate) donde otro yo vive historias
de amor.
Hace ya tiempo que
tengo esa sensación de que el destino se equivocó conmigo ¿O
quizás fui yo el que erró? Quizás debería haber hecho algo que no
hice. Entonces recuerdo algunas chicas que pasaron por mi vida y que
noté química, esa química que tanto busco ahora. Algunas recuerdo
hasta su nombre.
Quizás una de
ellas estaba destinada a ser mi Penelope y la dejé pasar, por no
tener la desvergüenza de preguntar el número de teléfono o el
descaro de pedir una cita.
Quizás confié
demasiado en que el destino nos volviera a juntar como siempre pasa
en las canciones y el destino me la jugó o me falló.
Puede que debería
haber perseverado en alguna ocasión y no lo hice ¡Las relaciones
son tan complicadas! Las mujeres muchas veces dicen que no cuando
quieren decir que sí sólo para hacer las interesantes. Hay tantos juegos que no entiendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario