viernes, 8 de abril de 2011

Historia de Phoenix XXXIII


Cuando cenábamos me pasó una cosa extraña, no podía quitarle los ojos de encima, como tenia la ropa mojada se puso un camisón blanco que dejaba entrever toda su figura y a mi me tenia extasiado, no llegaba a entender que sensación más extraña notaba en mis partes, se me había puesto duro, incluso podía notar la presión, nunca me había pasado algo así.

-Así que os pasó
-Vivíamos con mi marido a unos días de aquí, teníamos una pequeña granja, con algunos cerdos y plantábamos trigo, mi marido construyó una cabaña en la que vivíamos no teníamos gran cosa pero éramos felices, me parecía un sitio para criar a mi hijo Guillermo hasta que un día llegaron unos salvajes a robarnos lo poco que teníamos, mi marido intentó defendernos, mató a dos e hirió a otro pero ellos eran más y lo mataron, después lo quemaron todo como venganza

Sentí mucha pena con esta historia, corrían malos tiempos en los que bandadas de ladrones se dedicaban a asaltar pequeñas granjas, la única manera de resistir era la unión en pequeño pueblos donde estar unidos para defenderse.

-Muy buena la comida, hacía tiempo que comía tan bien
-Muchas gracias, por mi encantada, pues hace mucho tiempo que no le puedo darle de comer a mi hijo un plato caliente.
-Es una lástima que todo se te vaya al traste de esa manera, ¿Y que piensas hacer en Tarraco?
-Pensé en comenzar de nuevo entre mi hijo y yo, construir una nueva granja pero siempre estaríamos a merced de esos salvajes, por eso vinimos a Tarraco, trabajaré de lo que sea, pero aquí habrá más opción, de progresar
-Esta ciudad prácticamente esta desierta, hay montones de casas abandonadas podéis coger una
-No tenemos dinero, ni nada, mañana empezaré a buscar trabajo, en cuanto tenga la ropa seca evidentemente no puedo ir así

Supongo que ese comentario vino por como me la miraba, pero no sé por que razón no podía dejar de mirarla, se me iban los ojos solos hacía sus pechos que se dejaban adivinar a través de esa fina tela blanca.

Pensé en proponerle que se quedara aquí, a mi me vendría de gran ayuda para arreglar la casa y la herrería, pero sobretodo para mi objetivo principal: Convivir con los humanos, era una buena oportunidad pero no le dije nada porque quería preguntarle a Yanira que opinaba, de hecho ya me había dejado claro que no los quería con nosotros.



-¿Pero tú estas loco?
-¿Que tiene de malo?
-Que tú eres un ave fénix y yo un hada
-Perdona pero yo he venido a relacionarme con los humanos y tú, pronto tendrás que volver a tu bosque
-¿Eso es lo que quieres?
-Zanna te dio permiso para unos días y ya han pasado, ¿Cuanto tiempo pensabas quedarte?
-No lo sé, pero no pensaba que me echarías
-No te estoy echando, simplemente te recuerdo tus obligaciones
-Esta bien, supongo que mi sitio esta en el bosque

Diciendo eso se fue a la habitación donde estaba su cama.

Aquella noche no podía dormir, notaba una sensación extraña que no me dejaba y extrañamente, mi miembro seguía duro como una piedra, yo me preguntaba si habría cogido alguna enfermedad o era algo relacionado con los humanos, ese tema no lo había tocado nunca con ninguno de ellos.

Entonces entró Elena en la habitación.

-Hola ¿Tú tampoco puedes dormir?
-La verdad es que no, no sé que me pasa
-Me parece que lo mismo que a mi
-Yo diría que no
-A ver

Llevó su mano a mi entrepierna y dijo:

-Ostras, no veas como te alegras de verme

Entonces se quitó el camisón y se quedó completamente desnuda ante mi, yo me quedé embobado mirándola, entonces ella me agarró por ahí.

-Así que esto es lo que te pasa, pues eso te lo arreglo yo enseguida

Fue increíble en todos mis años no había sentido nada igual.

-¿Que? ¿A qué se te ha pasado la calentura?
-La verdad es que sí, la has dejado de lo más relajado
-Ha sido un placer

En cuanto se fue, apareció Yanira

-¿Se puede saber que haces?
-Pues no sé, tenia una calentura y me la ha quitado
-No ves, lo que esa quiere
-¿No?
-Quedarse aquí contigo
-Pues vale
-¿Y que hay de nosotros?
-Nosotros, ¿que nosotros?
-Tú y yo,
-Compréndelo, quiero tratar con los humanos
-Pues entonces olvida me

Entonces se fue llorando, yo me quedé pensativo

No hay comentarios:

Publicar un comentario