lunes, 21 de febrero de 2011

Historia de Phoenix XXIV

-¡Mierda! Estoy harto de estas redes
-Amigo, esta es la tercera vez que caes, Donella tenía razón eres demasiado confiado, tu poder es también tu punto débil y ahora te propongo un trato.
-Dime
-Si me das la varita prometo dejarte ir
-¿En serio?
-Lo prometo, tú te irás por tu lado y yo por el mio
-¿Olvidaras que destruí tu cueva?
-Mmmmm sí
-¿Me perdonaras haberte quemado la cara? Esa cicatriz te quedará de por vida
-uffffff siiiii
-¿No me guardaras rencor por haber matado a tu padre?
-¡Dame la varita de una vez!
-No soy tan tonto como te crees mientras estoy dentro de la red no me puedes hacer nada, en cambio si te doy la varita estoy perdido
-Te quedaras ahí hasta que pueda hacerte un hechizo y transformarte en una lagartija, luego haré que tu vida sea larga y pero muy sufrida
-Te olvidas que la varita la tengo yo
-¿Y que? ¿Tienes poder?¿Sabes usarla?
-Mejor que tú

Efectivamente había tenido amigos magos y me habían enseñado muchas cosas, es lo que tiene ser inmortal que siempre tienes tiempo para aprender de todo. Hice un hechizo y cambiamos el puesto con Alvarie.

-¿Que? ¿Te arrepientes ahora de haber apretado tanto los nudos?
-Juro, que de una manera o de otra, me vengaré de ti

Acto seguido me dirigí a los duendes, elfos y demás esclavos de Alvarie, levanté la varita y dije unas palabras mágicas, después:

-Ya sois libres de volver a vuestras casas, Alvarie será juzgado por sus pecados, bueno y ahora ¿Que hago con este paquete?
-¡Oye que te olvidas de mi!
-¡Anda Yanira!, si todavía estas aquí
-¿Donde quieres que me vaya? Soy de piedra
-Todas las mujeres sois de piedra
-Que pasa, ¿Me vas a dejar así?
-Claro que no, pero es tan divertido

Pasé la varita por encima suyo e igual que se transformó en piedra, volvió a ser el hada de siempre, enseguida salió volando y empezó a darle patadas a Alvarie

-¿Tú crees que le haces daño?
-No, pero le tengo unas ganas
-Venga va, vamos a mirar de dormir un rato

Deje a Alvarie en la roca que usaba para los interrogatorios y nos fuimos a dormir.

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