lunes, 22 de noviembre de 2010

Historia de Phoenix XII


Aunque poco se puede decir de ellos, son seres primitivos que se pasan el día peleandose, lo único que hacen interesante son las trampas que preparan para cazar los animales con los que se alimentan y también seres mágicos a los que poderles quitar su magia.

Supongo que si aceptaran su condición les iría un mucho mejor, incluso podrían mirar de evolucionar un poco, no sé mejorando un poco el áspecto de su cueva por ejemplo, podrían ser felices siendo trols y no complicarle la vida a los otros seres mágicos.

Unas horas más tarde entraron dos duendes hablando con el trol jefe venían a verme.

-Veo que no nos has mentido, todavía no puedo creerme que unos tontos como vosotros hayáis sido capaces de capturar a un ave fénix
-Ya lo has visto ahora ves y dile a tu jefe si está dispuesto a cumplir el trato
-Por supuesto, pero le costaba trabajo creerlo, ¿Sabéis que el ave fénix es una de las criaturas más poderosas que existen?
-Mira nuestras quemaduras lo demuestran
-No os preocupéis, Alvarie pagará lo que le habéis pedido y eso os compensará
-¿Como os lo pensáis llevar?
-En esa misma red, esta noche traeremos un carro para llevarlo más protegido

Una vez se habían ido los duendes, le pregunté al jefe trol

-¿Piensas venderme?
-Sí
-¿A cambio de qué?
-De una gema, no tan poderosa como la que tiene Zanna pero suficiente para transformarnos
-Pero ¿Que queréis ser? Por que no os conformáis con lo que sois y no os complicáis la vida

Resultaba inútil, tenían la misma obsesión que sus antepasados

-¿Por qué no probáis otra cosa? Por que no volver a ser humanos
-No queremos volver a ser humanos sin magia, queremos ser magos poderosos
-Y eso será vuestra perdición, ya confiáis en ese tal Alvarie
-Tú eres demasiado peligroso para nosotros, en cambio él sabrá que hacer contigo y a nosotros nos paga bien

Me daban un poco de pena los trols, eran seres primitivos deseando dejar de serlo deseando subir en la pirámide mágica, deseando ser importantes por eso no intenté nada hasta que por la noche me entregaron a los duendes y cobraron la gema mágica.

Una vez iba en el carro, pensé que era el mejor momento para escaparme, no era un carro muy grande, yo iba dentro, seguía colgado como un jamón; empecé a removerme dentro de la red aunque estaba bien amarrada, las aves fénix tenemos mucha fuerza pero cuanto más fuerza hacía, más se apretaban los nudos; así no conseguía liberarme aunque pensé que podía llegar a volcar la carreta donde me llevaban.

Cogí un gran impulso y ¡Toma!, volqué la carreta que se rompió por lo que rodé por el suelo, todo eso debía haber sido bastante para poderme liberar pero estaba más bien anudada de lo que yo pensaba y me resultaba imposible soltarme cuando apareció Yanira que debía ir espiando donde me llevaban antes de que los duendes se recuperaran del batacazo cortó las cuerdas que me encerraban, justo a tiempo porque ya venían los duendes hacía nosotros, uno de ellos fue a cogerla mientras el otro intentaba inútilmente retenerme dentro de la red.

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