Recuerdo mi primer amor sobretodo porque no podía dejar de pensar en ella, incluso hacía un desvío enorme, sólo para intentar cruzarme con ella, o iba donde ella solía estar para ver si nos encontrábamos y poder charlar un rato si eso pasaba ya me alegraba la semana.
También recuerdo que me quería morir cuando la veía con otro.
Pero ella nunca sintió lo mismo por mi, para ella un chico pesado y demasiado serio para salir aunque al final me salí con la mía, cuando se decidió a salir conmigo sentí un sueño hecho realidad, pero los sueños, sueños son.
A pesar de que las cosas nunca son como te imaginas, yo era feliz a su lado pero ella no, cuando me dejo sentí que mi mundo se desmoronaba, había pasado varios años de mi joven vida soñando con estar con ella, dejando de lado otras chicas con las que, quien sabe si hubiera podido ser feliz y ahora, ahora ya no podía esperar que volviera, me quería morir y morí.
Luego resurgí de mis cenizas renovado, y me hice una promesa, fue y es el primero de mis mandamientos. Luego descubrí que si le das una oportunidad, si no te centras en una persona concreta, el buffet de la vida te pasando platos por delante como si de un japonés se tratara, sólo tienes que probar.
Sólo tienes que seguir adelante y pronto descubres que el sol vuelve a salir, que vuelve la primavera y con ella las golondrinas y el amor.
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