Algunos lloran. Otros intentan mostrar entereza y esbozan una especie de mueca en un intento de sonrisa para que los niños se queden tranquilos, incluso no falta quién le dice a su hijo:
-Tranquilo, estaré de vuelta a la hora de cenar
Mientras los nazis le hacen subir al tren.
Algunos lloran, otros saltan y gritan llenos de alegría, toda la gente está eufórica y es que, no es para menos después del mal rato, cuando pensábamos que estaba todo perdido:
“Menudo golazo de Iniesta”
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