Allí los estuve observando un rato, estaban preparando todo tipo de trampas para cazar duendes, elfos, ninfas pero sobretodo hadas, no pararan en su empeño hasta volver a capturar a Zanna. Quise hablar con ellos intentar convencerles para dejaran a los demás seres mágicos tranquilos pero en cuanto me vieron acercarme me atacaron tirándome piedras me fue imposible conversar con ellos.
Después me dí un paseo por las afueras del bosque, por una llanura vi mi objetivo: unos conejos correteando que me servirían de almuerzo, no quería que los seres mágicos del bosque y sobretodo Yanira me vieran cazando pero tenia que alimentarme.
Luego fui a hablar con Zanna.
-Deberías mandar que vigilen a los trols están preparando trampas para intentar capturarte otra vez
-Lo sé, también sé que has pasado por ahí, no te preocupes hay unos duendes vigilandolos
-¿Por qué tienen tanto interés en comerte?
-Para conseguir mi magia, los trols son los descendientes de unos humanos que un día intentaron robar una gema mágica, como castigo Gaia los transformó en los homínidos que son ahora, por eso pretenden hacer un ritual el día del equinocio para absorber mi magia y conseguir tener suficiente poder para convertirse en magos poderosos.
-Y justo cuando estaban a punto de conseguirlo llego yo y les fastidio
-Los trols son seres malévolos, quien sabe de lo que serían capaces con mi poder
-No os preocupéis, me quedaré aquí para defenderos hasta que pase el equinocio después ya, supongo que se calmaran un poco
-Tú también debes andarte con ojo, ya has visto que casi te capturan y después de lo que ha pasado seguro que te la tienen jurada
Tenia razón, nunca antes me había sentido vulnerable, no quería volver a atacarles pero debía de tener mucho cuidado si me cogían otra vez podría ser la definitiva. Me quedé pensativo mirando como jugueteaban las hadas pintando flores ignorantes del peligro que las acechaba sobretodo Yanira que, como si se hubiera dado cuenta que la observaba, se acercó hasta mi.
-¿Ocurre algo?
-Los trols intentaran algo antes del miércoles
-Seguro, pero no te preocupes, ya estamos acostumbrados y ahora, te tenemos a ti para ayudarnos
-Espero que tengas razón
-¡Claro que sí! Por cierto toma, te he cogido vallas
-Gracias, dejámelas aquí ahora me las comeré
-De nada, bueno me voy con las otras hadas
Comí una de esas vallas y estaba horrible pero no quise decirle que soy carnívoro, prefiero que no lo sepa, en fin me volví a vigilar a los trols que hice muy bien porque habían cazado a un duende con una red y le estaban dando palos cual piñata navideña antes de descolgarlo.
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