Por la noche, lo hicimos así pero hubo un problema, yo esperaba convertido en ave fénix en lo alto de una torre cuando un soldado me vio y dio la voz de alarma, rápidamente todos los soldados salieron a fuera con la intención de capturarme.
Quise aprovechar la oportunidad y me tiré planeando como si no pudiera volar bien hasta fuera del castillo, una vez allí fui dando saltitos a esconderme, los soldados picaron en la trampa salieron del castillo con intención de capturarme, todos menos el sargento que fue a ver como es posible que hubiera escapado.
-Pero si todavía estás aquí
-Por poco tiempo, mi hermano ha venido a rescatarme y pronto sabrás de lo que es capaz el fuego de un ave fénix
Entonces el sargento corrió a avisar a los soldados, en ese momento Yanira corrió a liberar a Benu, primero inmovilizó la red y después abrió la jaula
-¡Muchas gracias! Yanira
-Ha sido un placer
En cuanto los soldados se dieron la vuelta empecé a volar y a lanzarles todo mi fuego, ellos se protegían como podían con sus escudos.
Justo entonces llegó el sargento al salón donde Benu intentaba escapar pero tenia las alas engarrotadas y apenas podía moverse.
-¿A donde vas?
-Tenia muchas ganas que llegara este momento, ¿sabes que he contado todas las plumas que me has arrancado?
-¿Y que piensas hacer si ni siquiera puedes moverte?
Efectivamente, mi hermano intentó lanzar fuego pero estaba muy débil para hacer gran cosa, el sargento paró la llamarada con el escudo y arrancó unas cortinas con la intención echárselas encima para capturarlo.
-¿Este es todo el fuego del fénix? Pues si parece una barbacoa
Justo en ese momento llegué yo, posándome en el alfeizar de la ventana, cuando vi que mi pobre hermano estaba tan débil que no lanzaba ni fuego me dio mucha rabia, lancé tal cantidad de fuego que hasta la paredes habían empezado a chorrear apunto de fundirse, el sargento murió en el acto, ni cortinas ni escudo lo salvaron esta vez.
-¿No puedes volar verdad?
-No, tengo las alas entumecidas y no tengo plumas, no tengo escapatoria, Phoenix mátame no dejes que me capturen otra vez
Esa frase me estrujó el alma, pero no podía vengarlo, debía elegir entre salvarlo o vengarlo
-No te preocupes he venido a salvarte y eso haré
Miré alrededor y no quedaba nada, sólo carbón y la jaula, cogí velocidad y me dirigí a la jaula, sabía que en cuanto la cogiese, caería la red por lo que tenia que ser yo más rápido, la agarré y la arranqué a toda velocidad, nos estrellamos después pero bueno, son cosas que pasan.
-Métete dentro Benu, ¿Como es que no ha caído la red?
-Por que la he atado yo
-Yanira, me lo podías haber dicho que me he pegado una ostia de campeonato
-Lo hubieras preguntado, ¿como te crees que he podido sacarlo de la jaula
Bueno, detalles aparte mi hermano se metió en la jaula y la volví a agarrar y nos marchamos antes de que llegara alguien, aunque no creo que los soldados se hubieran atrevido a entrar no quise averiguarlo.
Volamos el resto de la noche y parte de la mañana, cuando vi unas montañas me pareció un sitio estupendo para descansar un rato, aterricé en un risco que parecía bastante inaccesible aunque ya estábamos a mucha distancia del castillo como para que nos buscaran.
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