-¿Y ahora que hacemos?
-Yo lo tengo claro, pienso huir lo más lejos de aquí, por cierto: Muchas gracias por liberarme os debo una.
Tal y como dijo eso el unicornio salió corriendo hasta desaparecer en el bosque, los unicornios tampoco se relacionan mucho con otros seres mágicos y los pocos que no habían sido cazados todavía son muy recelosos.
-Lo digo porque esto no acaba hasta que destruyamos a Alvarie
-Cierto, pero ahora deberíamos volver al bosque de las cuatro encinas mañana organizaremos el ataque definitivo.
-A mi, me tendréis que llevar, después de tantos años encerrada no puedo volar, casi ni moverme
-No os preocupéis, prometo encargarme de vos
Tal y como dije eso, me acerqué al hada y me puse a llorar encima suyo, cuando mis lagrimas la bañaron sus alas se recuperaron, incluso le cambió el color de la cara y su pelo hasta ahora negro muerte cogió otro tono con mucho más brillo
-Gracias, esto es otra cosa
-Es lo menos que puedo hacer por ti
Mientras tanto, Alvarie charlaba en el claro con Donella
-Efectivamente es Phoenix
-Eso significa que debemos tener mucho cuidado
-Siempre lo tengo majestad
-Y ¿Como va eso?
-Muy bien, ya me he ganado la confianza de todos menos de Phoenix pero he conseguido que le den de lado
-Pues precisamente es su confianza la que te tienes que ganar
-No te preocupes, su gan poder hace que sea confiado y despreocupado, es fácil tenderle una trampa
-Pues no te entretengas, no se cuanto aguantará mi padre
Yanira observaba la escena tan absorta que no se dio cuenta que un duende la había visto y estaba a punto de cogerla
-Majestad, mire tenían ustedes una espía
-Es Yanira, un hada del bosque, menos mal que la has capturado, si no me habría delatado, debéis llevárosla
-No te preocupes, yo me encargo de ella
Alvarie sacó su varita y tocó a Yanira que quedó petrificada al momento.
-Así no dará problemas
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