Al lado, en una jaula más grande, una bruja, una jovencita seguramente la que mencionó Yanira el primer día, era rubia y muy guapa, con el vestido hecho jirones y una cadena al cuello, al lado un unicornio, con el cuerno muy pequeño, debían habérselo cortado para hacer conjuros y lo tenían encerrado esperando que le volviera a crecer.
La visión del hada en entristeció mucho, yo la recordaba alegre y feliz como todas las hadas y ahora estaba así por mi culpa, entonces Alvarie fue a hablar con su padre, yo me paré a escuchar lo que hablaban esperando el momento de salir.
-Padre
-Dime hijo
-Es muy posible que el ave fénix se trate de Phoenix
-Perfecto, por fin podremos salir de esta cueva y empezar a crear un imperio, además me alegrará mucho volverle a ver para poder darle las gracias, es una lástima que tus inútiles duendes lo dejaran escapar
-Ya, no te preocupes, Donella no fallará, pronto volverás a ser joven y yo, seré el duende más poderoso jamás conocido
-Pero ten cuidado, Phoenix puede ser inocente y fácil de embaucar pero es muy poderoso, él solo podría destruirnos y me la tiene jurada, lleva muchos años buscándome por eso me tuve que esconder en esta cueva donde hemos formado este ejército y nos hemos ido preparando.
-No te preocupes, ya voy con cuidado y Donella no me fallará ... Mira, me esta llamando en el claro voy a ver que noticias tiene para mi
Y desapareció, entonces supe que era el momento de salir de mi escondrijo, de un empujón lancé la mesa bajo la que estaba hacía la entrada de la cueva y lo incendie todo, bueno casi todo , deje la zona de Dagaz y la prisión, aunque completamente rodeado de fuego, los otros duendes huyeron o se quedaron fueron y pusieron a intentar apagar el incendio.
-Dagaz, debo decirte que yo también tenía muchas ganas de verte
-Hola Phoenix, ¿Como tú por aquí?
-Ya ves puedo ser inocente pero no tonto
-Y ¿Que quieres de este pobre viejo?
-Justicia, me engañaste, yo te creí y has hecho mucho daño a mucha gente
-No existe la justicia, no en este mundo
-Pues prepárate para el próximo porque esta noche dormirás en el infierno
-Mi hijo te ajustará las cuentas
Mientras decía eso vi como sacaba disimuladamente una varita mágica del bolsillo, así que sin darle tiempo a hacer ningún hechizo le lancé una llamarada que lo dejó asado. Sin perder más tiempo liberé al unicornio, a la bruja y finalmente al hada.
-Siento mucho todo el sufrimiento que os he causado
-Ahora, no es el momento, primero a ver como salimos de aquí
-¿Puedes volar?
-Imposible, mis alas llevan años atrofiadas
-Quizás yo pueda encargarme
Dijo la bruja que corrió hasta donde estaba Dagaz carbonizado y acabó de sacar la varita de su bolsillo, las varitas mágicas suelen resistir bastante bien el fuego aunque eso sí, estaba negra y tiznaba pero a la bruja no le importó.
-Juntaos aquí que os sacaré
Entonces movió la varita y aparecimos en lo alto de la montaña
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