Son muchos ríos de tinta, muchas horas de tertulias bananeras, muchos euros de beneficio para tele5 o, muchos blogs los que han hablado del beso más famoso ya que el beso de Burt Lancaster y Deborah Kerr o el de Madona y Britney y que va de camino a hacerse más famoso que el beso de Judas.
Aparte de sorprenderme que una cosa tan natural como que, le des un beso a la que todo el mundo sabe que es tu novia, en un momento de euforia porque has ganado el máximo galardón del deporte que practicas, genere más tertulias que el propio gol de Iniesta.
No veo motivo para darle mayor importancia, pero lo que me ha rechinado los dientes son las feministas que han saltado quejándose, lamentándose y criticando.
Como primero, lo importante es que una pareja folle, no quién se pone arriba, eso no es pedir igualdad, igualdad no quiere decir que la mujer se tenga que poner siempre encima.
Segundo, nadie pide permiso para darle un beso a su pareja aunque ella esté trabajando, por lo menos en el siglo XXI.
Hace 100 años pudiera ser.
Decir que Sara Carbonero es una periodista “Florero” es ser machista, muy machista.
Es una periodista capacitada que la han cogido por ella misma, no por ser la novia de Iker.
Evidentemente, si no fuera guapa lo hubiera tenido más difícil para triunfar, claro es que en televisión la imagen cuenta. Pero eso le pasa tanto a las mujeres y a los hombres no es sexismo.
Pues eso, al final yo también he acabado del dichoso beso.
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