Pero la dragona tenía razón y pasados los dos primeros meses empecé a cazar también alguna oveja, buscaba los rebaños más apartados pero es igual, debía cazar a diario y no podía estar yendo al mismo sitio cada día, así que iba alternando, a veces tardaba horas . . . y los rebaños de ovejas cercanos eran muy tentadores: Entre pasarte hora buscando y volando o llegar y escoger, cada día resultaba más tentador y sobretodo cuando las zonas habituales ya te tenían muy visto y las posibles presas se escondían nada más verte.
Un día estaba sobrevolando el bosque, cuando vi a un duende hacerme señas.
-Perdona ¿Eres tú el que está alimentando las crías de dragón?
-Que ¿Yanira ya te lo ha dicho?
-Más o menos
-¿Y qué quieres?
-Ven tengo algo para tí, sígueme
Seguí al duende hasta una zona donde el bosque era mucho más espeso.
-¿Donde me llevas?
-Ahora lo verás, con ello podrás alimentar a tus bestias una semana por lo menos
Eso me animó, a pesar de que esa zona del bosque me empezaba a dar angustia, estaba muy espeso como para volar y a las aves nos da claustrofobia en sitios así, por lo que instintivamente me puse en tensión.
De repente vi una figura en medio de la espesura, cuando me giré vi que era Aldo pero ya me había disparado una flecha, por suerte al girarme no me acertó de lleno y sólo me hirió un ala.
Pero me habían tendido una trampa y no podía quemar la flecha ya que tenia dentro la punta de hierro, si empezaba a arder el hierro se me fundiría dentro, me escondí pero debía pensar un plan y rápido.
Entonces derrame unas lagrimas sobre una hoja, acto seguido giré el transformum, me transformé en humano, entonces me pude quitar la flecha y con las lagrimas me curé la herida, ¡Bien! Había solucionado el primer paso, pero Aldo no tardaría en encontrarme, no podía escapar volando y no me pareció bien provocar un incendio.
Así que me decidí a coger a Gram, trasformarla en una espada y esperar que Aldo se acercara, cuando estuvo cerca le ataqué sin darle tiempo a reaccionar y rompí su ballesta.
-¿Como tú por aquí? - dijo mientras me observaba, aunque viendo la herida de mi brazo se le disipó cualquier duda sobre quien era yo - Por eso sabías lo de la trampa ¿No? ¿Quien eres? O mejor dicho: ¿Que eres?
-Ahora me llamo Phoenix y ahora mismo soy humano
-Pues entonces lucha como un humano
Tal y como dijo eso, desenvainó su espada y me atacó, yo intenté parar el golpe con la mía pero el golpe me tiró al suelo, y me hirió nuevamente en el mismo brazo, por suerte dicho brazo seguí mojado con mis lagrimas y se curó al instante ante los ojos del atónito Aldo que no daba crédito.
-¿Como es posible?
-Digamos que tengo suerte, ¿Y tú?
Tal y como dije eso le ataqué pero él paró el golpe sin problema, el grandullón era más fuerte que yo y estaba más acostumbrado al manejo de la espada así que debía estar muy atento al próximo movimiento porque igual no se me curaba tan rápido.
Por suerte yo era mucho más rápido lo vi venir por lo que le esquive y conseguí herirle en la cara antes de que parara el golpe, un corte no demasiado profundo desde la comisura de los labios le recorría la mejilla izquierda hasta casi la oreja.
-Veremos a ver si eso se te cuida tan rápido como a mí – le dije mientras le enseñaba que a mí se me habían curado perfectamente las heridas de mi brazo
-¿Que clase de ser eres?, ¿Se te puede matar? Bueno por lo menos lo pienso intentar
Tal y como dijo eso intentó atacarme otra vez, por suerte yo tengo muchos más reflejos y para mi era como verlo a cámara lenta así que lo esquivé y le clavé la espada en un costado, esta vez no era un corte muy superficial.
Él se quedó parado cuando empezó a salir sangre de la herida y le dolía horrores, sabía que estaba herido mortalmente.
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