En un descanso del camino se les apareció Alvarie, era un duende aunque mucho más alto, con el pelo largo, traje granate muy ostentoso, con una careta a juego que no le dejaba ver la cara, igual porque un experimento le salió mal y le deformó la cara o porque alguien más poderoso que él lo anda buscando, en la mano lleva el bastón símbolo de su poder.
-¿Que ha pasado?
-Majestad, se nos escapó
-Inútiles, no tenéis ni idea de lo importante que era esto
-Lo sentimos señor, no volverá a suceder
-Claro que no volverá a suceder
Y con un movimiento de su varita los transformó en dos trols
-Ahora, volved con los trols que de ahora en adelante serán vuestra familia; y ahora ¿A quién encargo esta misión?
Movió otra vez su varita y al momento apareció una elfa, los elfos son altos parecen humanos pero con las orejas puntiagudas , esta era morena con el pelo ondulado muy largo, sus ojos eran grandes, sus nariz chata, llevaba un vestido blanco vaporoso y unas botas altas hasta por encima de las rodillas, unos guantes a juego cerraban el vestuario
-Si mi amo
-Quiero que bajes al bosque de las cuatro encinas y averigües como se llama ese ave fénix y por qué se ha quedado por aquí
-¿Por qué tanta preocupación? Todos sabemos que pronto partirá siguiendo su camino
-No si lo podemos capturar antes, por eso debes ganarte su confianza para poder tenderle una trampa
-Como desees, amo
Alvarie desapareció y la elfa siguió el camino de vuelta a nuestro bosque, nosotros esperamos un rato para que no nos viera y volvimos volando.
-Quieres que te acompañe a algún sitio
-No, mejor me quedo a dormir contigo
-Vale pero primero echaremos un vistazo a ver que hacen los trols
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