Historia de Phoenix X

Llegué corriendo echando fuego para hacerlos huir, primero intentaron atacarme pero el fuego les hizo huir, me posé en la rama donde estaba colgado el duende y lo liberé:

-Corre y otra vez ten más cuidado

Entonces me fijé en un trol que se había quedado escondido detrás de un árbol.

-¿Por qué hacéis esto? ¿No queréis que haya primavera? ¿Por qué no intentáis vivir en paz con los demás seres?

-Para ti es fácil, tú no estás maldito

-Debéis aceptar vuestra condición es vuestro castigo

-¿Si no te gustara tu condición la aceptarías?

-¿Que te hace pensar que me gusta mi condición? Pero la acepto

-Pues nosotros no, no pararemos hasta tener poder

De repente, dos trols habían aprovechado mi distracción para venir por detrás mio echarme la red que, evidentemente era mágica y mi fuego no podía con ella.

-Has caído por segunda vez en nuestras manos y esta vez no te dejaremos escapar

-Dices que tú tampoco estás contento con tu suerte, a lo mejor te podemos ayudar

-¿Como?

-¿Te gustaría ser humano?

Entonces, se me iluminaron los ojos, como no iba a gustarme me he relacionado alguna vez con ellos, incluso he sido amigo de muchos aunque siempre con reticencias porque los hay muy falsos aunque me gustaba su forma vida no lo bastante como para renunciar a la vida eterna.

-¡Claro que sí!

-Pues nosotros podemos ayudarte

Prefiero que me consideren un aliado que no enemigo aunque no creo que me suelten podría ser que bajaran la guardia lo bastante como para escaparme otra vez; pero no, me ataron muy bien cerraron la red a conciencia y la ataron a un palo para llevarme colgado entre dos como si fuera un jabalí que han cazado, de esa manera se evitaban tener que tocarme ya que aunque la red paraba muy fuego y no se derretía, no creo que estuviera ni mucho menos fría.